Espinelas 006

Poema sobre "La Mentira" escrito por Manuel García Tortosa "El Minero", en el que no esconde su irreductible postura ante la hipocresía y la injusticia que le tocó vivir en esa época de los primeros años del siglo XX, en ese cuadro desolador que soportaba la clase obrera.

LA MENTIRA    (1ª Parte)
 
Se ha hecho tan ordinaria 
en el mundo la mentira,
que se considera y mira 
por necesidad diaria. 
Ella es la suplementaria  
que no haciendo falta en nada,  
en todo se ve aplicada 
con uno y otro ropaje, 
no hay asunto en que no encaje 
más o menos disfrazada.
 
No es de ahora solamente  
la costumbre de mentir, 
desde que empezó a vivir  
el género humano miente.
Los sabios antiguamente  
los que más nos mintieron, 
tales mentiras dijeron 
que al mundo entero embrollaron 
y aclarar lo que enturbiaron 
aún las ciencias no pudieron.
 
Los que inconscientes mintieron  
merecen la compasión  
y la eterna maldición 
los que a sabiendas lo hicieron.
Aquellos que detuvieron 
el progreso y la cultura 
en una caverna oscura 
y en el afán de dominio 
sembraron el exterminio 
por sostener la impostura.
 
A  aquellos que atrofiaron  
a la humana inteligencia 
imponiendo una creencia 
que a su capricho inventaron.
Que con sus farsas llenaron 
de humana sangre la historia.
¿A qué concederles gloria  
cotizada a un alto precio?
cuando ni aún con el desprecio  
repudiamos su mentira.
 
¡Cuántas doctrinas hubieron 
desde que el planeta gira! 
En la embrollada mentira  
su fundamento tuvieron.
Porque así ellos promovieron  
la falsa filosofía  
y con la falsa teoría 
en que se han alimentado  
ha dado por resultado  
la falsa teología.
 
Si falso fue el paganismo  
en las bárbaras naciones, 
las modernas religiones  
han resultado lo mismo.
¡Ignorancia!  ¡Fanatismo!
¡El misterio  impenetrable!  
¡Imposición detestable! 
Dogmas que a la ciencia ofenden
y farsantes que pretenden  
explicar lo inexplicable.  
 
De las mentiras mayores 
ésta es la más importante  
la que ha salido triunfante 
entre escándalos y horrores.  
Que dominó con terrores 
los débiles corazones  
que con salmos y oraciones  
sus crímenes tapar quiso  
y la que más daño hizo 
a muchas generaciones. 
 
La astuta e insaciable fiera  
que vertió sangre a torrentes 
y a millones de inocentes  
llevó al tormento y la hoguera.  
La que estableció altanera  
el tribunal más tirano, 
la que con odio inhumano  
quiso a la ciencia estancar,  
como pudiera contar 
Galileo y Giordano.
 
¡Oh mentira idealizada! 
¡Cuántos daños has causado!  
¡Cuántos siglos ha reinado  
corregido y aumentado!  
¡Cuánta riqueza empleada  
para tu sostenimiento! 
Tu forzado valimiento  
las ciencias ha dominado 
y entre sombras has llevado  
al humano entendimiento.  
 
Ya tu poder se derrumba 
a esfuerzos de la cultura, 
hora es ya que la impostura  
ante la verdad sucumba.
Sobre ti la muerte zumba, 
se desvanece tu gloria,  
quedará de tu memoria 
una protesta sin nombre,  
una afrenta para el hombre 
y un borrón para la historia.
 
LA MENTIRA     (2ª Parte) 
 
Fue la mentira inventada
por el primero que habló 
y progresando llegó 
a ser generalizada.
Tan constantemente usada
como ahora nunca ha sido,
porque hoy hemos aprendido
a mentir con más descaro
y mucho menos reparo
con que nunca se ha mentido.
 
La costumbre de mentir
está tan puesta de moda
que ya casi no incomoda
una mentira al oir.
Para qué contradecir
si la mentira es corriente,
y no es que constantemente
se miente con importancia,
por una insignificancia
sin necesidad se miente.
 
Al que una mentira inventa
por un asunto importante,
en caso muy apremiante
no hay que tomárselo en cuenta.
Pero al que dice cincuenta
en cada hora del día
porque tiene la manía
de mentir constantemente;
creedme, yo, francamente,
la lengua le cortaría.
 
Una mentira inocente
a veces hace reir,
mas no se debe decir,
pues siempre daña quien miente.
Una broma solamente
con mala intención oída
pudiera al ser esparcida,
la calumnia fomentar,
alguna honra manchar
y costar alguna vida.
 
La mentira en general
muchos daños ha causado,
pero nadie ha escarmentado,
se sigue mintiendo igual.
Aunque sepamos el mal
que se puede originar
no dejamos de inventar
farsas en lo que decimos,
y muchas veces mentimos
con la intención de dañar.
 
Con más o menos agravio
miente el pobre, miente el rico,
miente el grande, miente el chico,
el ignorante y el sabio.
La mentira en todo labio
encuentra facilidad,
tenga o no necesidad
hay quien a mentir se apaña
y hasta él mismo se extraña
cuando dice una verdad.
 
En el mundo por entero
do quiera que el sol da luz,
ya no hay que ser andaluz
para ser un embustero.
A mentir es lo primero
que aprendemos enseguida,
y es cosa que no se olvida
siendo ocupación diaria,
creyéndola necesaria
en la lucha por la vida.
 
En el comercio es corriente,
en la industria ocurre igual,
quien parece más formal
es el primero que miente.
En la prensa doblemente,
en diplomacia lo mismo
se cultiva el mentilismo.
¿Y en política? ¡Qué horror!
Mentiras al por mayor
rebosadas de cinismo.
 
Ya no podemos fiarnos
de nada absolutamente,
pues nos parece que miente
cuanto puede rodearnos.
Hasta es capaz de engañarnos
el aire que se respira,
cuanto se toca y se mira,
todo cuanto conocemos.
Sólo un verdad sabemos
y es de que ¡todo es mentira!
 
Si la especie se perdiera
del todo completamente,
es como únicamente
la mentira concluyera.
Pero si luego volviera
nueva otra raza a existir,
yo casi estoy por decir
que con estos u otros nombres
otra vez los nuevos hombres
volverían a mentir.
 
      FIN